23 d’abril 2012

Pinça Comu

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Pinzón Vulgar

Fringilla coelebs

Al comienzo de la primavera el macho de Pinzón Vulgar Fringilla coelebs, es un pájaro con el plumaje muy llamativo. La frente es negra, el píleo, la nuca y parte de los hombros tienen color gris azulado; la espalda es pardo rojiza y el obispillo verde oliváceo. Los carrillos, la garganta y el resto de las partes inferiores poseen un tono pardo rosado brillante. La cola tiene la pareja central de rectrices gris pizarra y el resto de ellas son negras con bordes blancos, muy notorios en las exteriores. Las plumas de las alas son pardo negruzcas con bordes verde amarillentos. Una banda blanca es muy visible y junto con el gran parche, también blanco, de los hombros, son rasgos ambos inconfundibles a la, hora de identificar a este pájaro. El pico es azul plomizo con el extremo más oscuro y blancuzca la mandíbula inferior. Los tarsos y los pies son pardos y el iris de los ojos del mismo color.

El plumaje de la hembra es mucho más apagado. La cabeza y las partes superiores son pardo amarillentas, más oscuras o grisáceas en el centro del píleo. La espalda y el obispillo son verde amarillentos. Las partes inferiores tienen un tinte gris pardusco en el cuello. Las bandas blancas de las alas y hombros (cobertoras) no son tan nítidas como en el macho. El pico es pardo, más pálido debajo. Muchas al comienzo de la primavera tienen la cabeza ligeramente gris pizarra, color que se extiende hasta la nuca. Los jóvenes se parecen mucho a las hembras, pero hay en la nuca una mancha blanquecina. Los machos ya se diferencian de las hembras por tener la espalda teñida de castaño rojizo y el pecho menos pardo amarillento y más beige.

Prácticamente no falta en ninguna parte donde exista aunque sea un árbol aislado, pero la campiña abierta con árboles dispersos, bosques de especies caducifolias y perennes, parques y jardines, plantaciones de árboles frutales y zonas de monte bajo con grandes arbustos, son el hábitat favorito del Pinzón Vulgar durante la reproducción. Fuera de ella, a partir del mes de agosto, frecuenta también campo abierto, prados, rastrojeras, caminos, calles de pueblos y ciudades, muelles en los puertos de mar, pistas, etc.

Por el suelo camina con pasos cortos y rápidos, a menudo ligeramente agachado; sobre todo se observa esto en las hembras, que flexionan más las patas. También a saltos y a menudo volando en corto para cambiar de posadero. Es pájaro muy arbóreo durante la reproducción, pero más aficionado a posarse en el suelo en otoño e invierno, en especial las hembras. Para cantar los machos se posan en las ramas más altas. Tienen las parejas tendencia a frecuentar lugares habitados, proximidades de casas de campo, alquerías, zonas donde se acumula el estiércol, alrededores de graneros, silos, tolvas de descarga de cereales y también cerca de pajares y almacenes de hierba seca. Al volar lo hacen con marcadas ondulaciones, pero potentemente. En vuelo de migración son incansables y en un día pueden recorrer grandes distancias. Incluso cansados, son capaces de volar contra el viento, resguardándose de él con las irregularidades del terreno y la vegetación. Muchas parejas permanecen unidas y no abandonan su lugar de nacimiento o de cría, pero otros pinzones se agrupan y vagan por los campos formando bandos numerosos. Realmente se puede decir que fuera de la época de cría es un pájaro gregario que no tiene inconveniente en buscar la compañía de otros fringílidos, gorriones y escribanos. Generalmente se ven grupos de machos juntos, y por separado las hembras. Esto se acusa mucho más durante la migración. Los bandos o flujos migratorios son siempre de un solo sexo. Rara vez se ve entre los machos alguna hembra o un pequeño grupo de ellas. Lo inverso también es cierto. Cuando en Guipúzcoa y, en general, en todo el País Vasco se observa el paso de pinzones en el mes de marzo, el hecho es muy notorio y solamente durante 2-5 días ambos sexos se juntan en migración. La abundancia de pinzones en todo el continente europeo es muy grande, por lo que sus costumbres son bien conocidas y en algunos lugares las parejas muestran cierta mansedumbre, que queda en cierto modo desmentida cuando se coge este pájaro en la mano.

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La llamada usual del Pinzón Vulgar es un fuerte y metálico ¡¡chink-chink, chink!! que repite insistentemente si está alarmado o muy espaciadas las notas si el macho llama a la hembra. Este sonido recuerda a otro similar emitido por el Carbonero Común, Parus major. En vuelo invariablemente lanzan macho y hembra un débil, pero bien audible ¡¡tsip, tsip...!! En febrero los machos emiten repetidamente un agudo y fuerte ¡¡chuit!! o también ¡¡uit!! en cierto modo sibilante.

El canto típico tiene variaciones individuales y regionales, pero esencialmente está formado por dos o tres notas repetidas durante 2-3 segundos y terminadas en un más breve floreo que se eleva de tono al final. No excesivamente musical, sí resulta muy monótono cuando se le escucha por mucho tiempo. Los machos cantan desde un alto posadero con extraordinario vigor y, en buenas condiciones acústicas, se oyen con facilidad desde 400 metros y a veces más. Machos con gran celo repiten su estrofa hasta nueve veces por minuto, pero generalmente no más de seis veces. Las hembras cantan en tono bajo, ocasionalmente, una corta retahíla que quiere recordar la misma del macho. Los machos pueden cantar casi todo el año. La mayor intensidad se produce entre febrero y los primeros días de julio. Mayo registra el mayor vigor y después del silencio de julio y agosto, hay una ligera reactivación en septiembre y primeros días de octubre. Canta normalmente desde un posadero alto, pero también posado en la rama baja de un árbol, sobre el tope de un arbusto y también, no rara vez, desde el suelo de una carretera.

La dieta alimenticia es muy variada. Fuera de la época de la reproducción, las semillas de plantas gramíneas son fundamentales. Newton (1972) estima que, una con otra región, más de 100 especies de semillas diferentes se han advertido en su comida. Le atraen especialmente las semillas de los hayucos, pero como estos frutos del Haya, Fagus sylvatica, no son constantes en su desarrollo y hay años en que apenas se producen, los pinzones buscan alimento en cualquier parte, sobre todo en tierras cultivadas, rastrojeras y prados. Igualmente en el suelo de los bosques de especies caducifolias. Los granos de los cereales les atraen con fuerza y los pájaros se congregan en las proximidades de silos, muelles, cintas transportadoras, máquinas cosechadoras, etc. Sin embargo, la mayor parte de la alimentación está basada en semillas silvestres. Plantas tan abundantes en los campos como Sinapis, Brassica, Chenopodium, Polygonum, Stellaria, Cerastium, etc., son fundamentales en la dieta invernal y otoñal del pinzón. Muchas de estas semillas que caen de las plantas no son visibles para el ojo humano y, como gran parte de ellas no germinan, quedan en el suelo formando un tapizado que puede durar años y constituir una reserva estimada en varios centenares de millones por hectárea. Al arar la tierra muchas quedan al descubierto. Es así que no son solamente los insectos los que atraen bandadas de pájaros a las tierras preparadas para el cultivo. Collinge estima en un 75 por 100 del total la alimentación de origen vegetal y el 25 por 100 restante a base de insectos comidos, sobre todo durante la primavera. Come asimismo huevos de caracoles, arañas, lombrices de tierra, y en las pomaradas se ven pinzones picotear las manzanas caídas en el suelo.

La reproducción comienza a finales de abril. Pero los pinzones viejos que han criado por lo menos un año, ya están en su territorio en enero. Los machos que crían por primera vez no suelen llegar hasta febrero e incluso algunos después. Regularmente un macho joven se establece en un territorio vacío un mínimo de ocho a quince días más tarde que uno viejo del territorio vecino. Al principio se mueve inquieto por entre las ramas de los árboles lanzando su típico ¡¡chink, chink!! y alterna períodos en que se le escucha una especie de seudocanto en tono muy bajo, con frecuentes estancias en el suelo del campo o camino próximos para comer.

El Pinzón Vulgar es un pájaro eminentemente territorial y fiel a su lugar de nacimiento. Con el anillamiento he comprobado que las parejas que pasan el otoño e invierno vagando por los campos, regresan en enero y febrero y ocupan su vieja parcela. Los machos son muy agresivos y defienden el territorio persiguiendo encarnizadamente a los intrusos o a los vecinos que se acercan demasiado. Los primeros días se hacen notorios solamente por la mañana, pero conforme el mes de abril se aproxima ya no se mueven del lugar. Las hembras viejas (que criaron por lo menos una vez) arriban en marzo y a veces antes, pero las jóvenes que son atraídas por el fuerte canto de los machos noveles, no aparecen y se emparejan hasta abril y aún después. Las parejas permanecen juntas normalmente hasta seis semanas antes de comenzar la nidificación. Durante este tiempo los cortejos del macho a la hembra pasan de una gran actividad, hasta quedar completamente oscurecidos por la general agresividad que se observa entre ambos miembros de la pareja, quizá mayor por parte de la hembra, que no permite que el macho se acerque. A menudo, sin embargo, comen juntos en el suelo. Newton (1972), Hinde (1955-56) y otros ornitólogos han descrito estas situaciones con gran lujo de detalles e interpretaciones. El macho que ocupa un territorio y ya está emparejado, no lo abandona si la hembra perece. Una de éstas, de dos años, que murió atropellada por un automóvil en la carretera que cruzaba el territorio, estaba anillada, lo mismo que el macho. El hecho permitió comprobar que éste último no abandonó la zona y se emparejó quince días más tarde con otra hembra no anillada y de un año de edad.

La hembra construye sola el nido. Tarda normalmente entre tres y dieciocho días en hacerlo y en ello influye mucho la lluvia y la edad del pájaro. Las jóvenes tardan más y un promedio puede estar en siete días. Los nidos observados estaban hechos con musgo fundamentalmente, hierba seca y alguna otra materia vegetal, unido todo con telarañas y decorado exteriormente con líquenes y trozos de corteza. El interior está forrado con pelos y alguna pluma, muy pocas. Son colocados casi siempre en árboles, a altura variable, pero tendiendo a ramas elevadas de árboles frutales o de adorno. A menudo a gran altura. Los primeros están ya totalmente construidos en la última semana de abril, pero más corrientemente en los primeros diez días de mayo y aún después. Los anteriores a estas fechas son ocasionales y coinciden invariablemente con unas condiciones meteorológicas muy buenas. La puesta normal es de 4-5 huevos y hay algunas de 6 y 7, pero muy raras. Su cáscara es lisa y brillante y tiene color azul pálido, variablemente teñidos de rosa y rayados o manchados con puntos pardo rojizos, o pardo violáceos, teniendo las manchas un cerco más claro rosado. Otros tienen rayas y dibujos negruzcos. Algunos casi carecen de punteado. Jourdain, para 100 colectados en Gran Bretaña, obtuvo un promedio de 19,86 x 14,59 mm., con un máximo de 22,9 x 14,5 mm. y un mínimo de 17,1 x 13,7 mm. D'Almeida, para 11 del norte de Portugal, da una media de 19,2 x 14 mm., con extremos de 18 a 20,9 x 13,7 a 14,5 mm. Solamente la hembra incuba y lo hace durante 11-13 días, empezando con la puesta del penúltimo huevo. Los pollos al nacer tienen plumón gris pálido, largo y abundante. El interior de la boca es rojo carmín, con el paladar anaranjado. No hay puntos oscuros en la lengua; las comisuras son blancas. Ambos adultos los alimentan con orugas pequeñas casi siempre y a los 13 o 14 días dejan el nido (11-18 días Newton). Todavía son colicortos e incapaces de volar. Por lo menos durante otros 15-20 días continúan siendo atendidos por los padres. No pocas parejas hacen dos crías en cada temporada.

El Pinzón Vulgar es el fringílido más abundante en Europa. Su área de reproducción se extiende por todo el Continente, excepto en el extremo norte de Escandinavia e Islandia. Prácticamente no falta en ninguna parte donde exista aunque sea un árbol aislado, pero la mayor densidad es alcanzada en los bosques no muy densos de especies caducifolias. En hábitats favorables el número de parejas permanece corrientemente estable y es en otros lugares menos favorecidos donde se aprecia una marcada oscilación de un año a otro. En la Península Ibérica, con ser abundante, no alcanza las grandes densidades que tiene en centroeuropa. En estudios y censos de parejas realizados en Holanda se obtuvo un número de 66-87 parejas criando en un área de un kilómetro cuadrado. Mayores densidades se calcularon para Fenoescandia, donde oscilaban entre 49-145 parejas para un kilómetro cuadrado de bosque caducifolio, 20-102 en abetales y 12-29 en pinares. El tipo de alimentación del Pinzón Vulgar, a base de semillas, lo hace muy vulnerable a los plaguicidas. Los frecuentes tratamientos para combatir insectos y sobre todo plantas parásitas con herbicidas altamente venenosos, no hay duda que influirán grandemente en las poblaciones de este pájaro.

Una parte de la población europea inverna más al Sur de su área de reproducción. Iberia es receptiva de millones de pinzones que comienzan a llegar en los últimos días de septiembre. El paso es algunos días espectacular en el extremo occidental de los Pirineos. Las rutas de entrada difieren algo de las de salida en primavera, pero solamente están separadas entre sí por varios centenares de metros. Todos nuestros campos se llenan de pinzones europeos, entre los que, sin duda, habrá muchos de los nativos que temporalmente, de octubre a enero-febrero, desaparecen de su territorio habitual de cría. Es indudable que existe cierto erratismo o, digamos mejor, una trashumancia invernal, que lleva por lo menos a las poblaciones del norte de Iberia hacia zonas situadas más al Sur. El anillamiento puede revelar algo a este respecto. El movimiento primaveral de los pinzones europeos y no pocos nativos comienza a sentirse en la última semana de diciembre en una amplia franja que alcanza desde las provincias andaluzas de Cádiz y Huelva hasta Galicia y Asturias. Parece haber cierta tendencia a concentrarse mayoritariamente en campos costeros. En febrero la densidad en el noroeste ibérico es muy grande, y se aprecia bien por encima de una línea ideal que va desde Navarra a Badajoz. El paso en el mes de marzo por el País Vasco (Noval, 1967), primero los machos y después las hembras, éstas en la última decena del mes, constituye en algunos puntos de la región un maravilloso espectáculo.

Con tiempos fríos y lluviosos en el mes de octubre, si siguen a ellos días más templados, es frecuente ver en Cabo Higuer (Fuenterrabía, Guipúzcoa) un gran contrapaso en dirección a Francia. Con tiempos duros del Norte, la entrada de pinzones procedentes de los campos franceses y probablemente ingleses y alemanes, es muy grande, pero una vez pasadas las circunstancias que obligaron a su desplazamiento al Sur, regresan inmediatamente hacia el Norte. También en Levante y Baleares hay numerosos invernantes. En las islas solamente se reproduce en Mallorca y Menorca y no hay evidencia de que la población local emigre en el otoño.

A partir de la segunda mitad de septiembre ya se ven agrupados en los campos andaluces. García Rúa (1975) observa pinzones a finales de septiembre cerca del Estrecho de Gibraltar y los bandos son numerosos en las proximidades de la playa de Tarifa en el mes de octubre. Thiollay y Perthuis (1975) recuentan en los primeros veinte días de octubre, desde dos puestos de observación, más de un millar volando hacia el Norte de Africa, donde es invernante numeroso, pero no proporciona una llegada otoñal espectacular y como los demás fringílidos únicamente en días de fuerte viento se acusa más su presencia (Pireau y Giraud-Audine, 1976).

Fotos:

Cuidados de la Cadernera

Cuidados del jilguero

Los cuidados al jilguero son fundamentales para la prevención de las enfermedades, buena preparación y mejorar los resultados en concurso. Analicemos los distintos tipos de cuidados.

Alimentación

La alimentación es de tipo granívoro y supone la adaptación del aparato digestivo en cuanto a las características del pico, intestino y patas. El pico está especialmente adaptado para extraer los diferentes tipos de semillas (plantas de la familia de las Compuestas y otras) que constituyen la base de su alimentación.Jilgueros comiendo

Las aves, como todos los seres vivos, comen para satisfacer sus necesidades energéticas, de crecimiento y renovación de las células que forman sus tejidos y órganos.

Las necesidades nutricionales de las aves están condicionadas  tanto por factores internos (del propio organismo), como por factores medioambientales como por ejemplo: edad, peso, actividad del ejemplar, humedad y temperatura externa. Veamos algunos ejemplos: no son los mismos requerimientos nutricionales los de un joven jilguero recién separado de sus padres que los de un adulto, que ya ha completado su crecimiento. Al aumentar el peso (periodo de crecimiento) y la actividad, necesitan incorporar mayor cantidad de materia y energía obviamente; veamos otro ejemplo, un jilguero alojado en una amplia voladera gasta mayor cantidad de energía que unjilguero alojado en las reducidas dimensiones de una jaula de concurso.

Por otra parte, al disminuir la temperatura ambiental, las necesidades de energía aumentan. Finalmente, la fase del ciclo biológico por la que atraviesa el ave influye en los requerimientos de energía y nutrientes, así no es lo mismo un jilguero durante el periodo de reposo (de octubre a marzo) que durante el período de reproducción (de abril a julio) o de muda (de julio a septiembre), donde se produce un mayor desgaste orgánico y, por otra parte, la temperatura es más alta. Todas las anteriores observaciones hay que considerarlas a la hora de confeccionar una dieta sana y equilibrada, que satisfaga completamente las necesidades dietéticas de materia y energía en eljilguero y no aparezcan patologías nutricionales.

Los cambios bruscos en la dieta pueden provocar modificaciones en la microbiota intestinal y que se desarrollen bacterias patógenas, por ello, los cambios dietéticos deberemos efectuarlos gradualmente.

Los glúcidos y grasas tienen función energética, las proteínas presentan función plástica al formar parte de las estructuras del organismo.

Las semillas de los cardos son muy nutritivas y saludables por su riqueza en flavonoides (antioxidantes).

Además de los cardos, por los que tienen especial preferencia –por ello en Italia es conocido como cardellino–, los jilgueros consumen otras plantas silvestres: bolsa de pastor, verdolaga, amapola, girasol, diente de león, vara de oro, sorgo, cerrajas, avena, panizo, achicoria, etc. Las plantas silvestres pueden ser suministradas a diario  y en cualquier época del año.

Las semillas consumidas por el jilguero son: alpiste, linaza, colza, lechuga negra, lechuga blanca, avena, sésamo, adormidera, perilla, cañamón pequeño y avena decorticada. El alpiste es la semilla base y deberá ser de óptima calidad. La perilla es una semilla muy saludable aunque no deberá estar en una elevada proporción. Los criadores colocan algunas de estas semillas en comederos independientes y otras mezcladas en diferentes proporciones. Una mezcla utilizada por algunos criadores de jilgueros y con excelentes resultados es la siguiente: alpiste 18%, negrillo 18%, perilla blanca 14%, lechuga blanca 14%, semillas de salud 12%, achicoria 6%, colza 6%, linaza 2%, cardón 2%, cañamón 2%, lechuga negra 2%, sésamo 2%, bella de noche 2%. Además, estos criadores colocan sólo alpiste en otro comedero independiente para que los jilgueros puedan comer cuanto deseen. Es importante que en la mezcla figure alpiste, ya que si no existiese, los jilgueros engordarían excesivamente, siendo la obesidad un problema en la reproducción, tanto para los machos –resultan estériles– como para las hembras, que presentan dificultades en la puesta. 

En la naturaleza, el jilguero se alimenta de semillas de ciprés, pinos, abetos, alisos, abedul, compuestas y gramíneas.

Las semillas las podemos clasificar en dos tipos: harinosas o blancas (alpiste, mijo, panizo, etc.) y oleaginosas (negrillo, colza, cáñamo, perilla, piñones, pipas, etc.).

También consume verduras: endibias, tomate, lechuga, etc. Y distintos tipos de fruta. Se les podrá suministrar: naranja, pera, manzana, sandía, fresas, etc.Jilguero comiendo

El grit mejorará la digestión y será una fuente importante de calcio. El carbón activo previene las infecciones intestinales.

Como norma general, la alimentación del jilguero debe ser lo más variada, digerible y de la mayor calidad posible, de forma que no se produzcan intoxicaciones alimentarias ni carencias en determinados nutrientes, las cuales puedan comprometer su canto, muda, fertilidad e incluso la propia existencia de éste. La alimentación deberá estar adaptada a la edad, fase de su ciclo biológico y circunstancias particulares del criadero (temperatura, tipo de jaulas, etc.). Ante todo debemos tener sentido común en la alimentación de nuestras aves, interesarnos por sus gustos y conocer su fisiología digestiva, ya que la alimentación es un pilar básico en la salud de éstas.

Según la época del año, la actividad y la edad podemos hablar de varios tipos de raciones alimenticias con objeto de adaptarlas mejor a las necesidades de éstos, entre las que tenemos:

Ración de mantenimiento. La ración de mantenimiento corresponde al período de reposo, donde se produce un menor desgaste orgánico, dada la menor duración de las horas de luz (fotoperíodo) y su nula actividad reproductiva y de muda. En este periodo el gasto enérgico es menor.

Usando las tablas de los alimentos que consumen nuestros jilgueros y conociendo sus necesidades energéticas, podremos confeccionar varios tipos de mixturas, según las semillas y otros alimentos de nuestra elección. Las semillas deberán estar limpias y brillantes y no envejecidas. Es muy importante realizar la prueba de la germinabilidad de éstas para comprobar si alrededor del 90% germinan, lo que es muestra de calidad y podremos administrarlas tranquilamente a nuestros jilgueros. Las micotoxinas son sustancias tóxicas producidas por los hongos presentes en la cáscara de las semillas y la pasta de cría. Dichas sustancias, en función de su tipo, dosis y tiempo de consumo,  producen menos asimilación de nutrientes, estrés, esterilidad y bajada de las defensas orgánicas.

Para la preparación del concurso podremos reducir la proporción de semillas oleaginosas o grasas en los ejemplares con tendencia a la obesidad.

Las proporciones serán ligeramente modificadas en función del tipo de jaula (normal, jaulón de un metro, voladera, etc.), la temperatura del criadero y la prolongación o no de forma artificial de las horas de luz. Por ejemplo, si la temperatura del criadero es muy fría, se aumentará la proporción de semillas oleaginosas (nabina, negrillo, cañamón, girasol, perilla, linaza), o se añadirá una cucharada de aceite vegetal (de oliva virgen o de germen de maíz o de trigo)/kg de pasta, ya que las grasas proporcionan el doble de calorías que los glúcidos, es decir, que los azúcares.

Ración de cría. Las proteínas se encontrarán en un porcentaje mayor a la ración de mantenimiento, si bien es cierto que se producen variaciones en este porcentaje según los días que tengan las crías, ya que las necesidades de proteínas de una cría de 3 días por ejemplo, y otra de 30 días son ligeramente diferentes. También durante la fase de puesta e incubación, las necesidades de proteínas son menores (20%) que durante la alimentación de las crías (25%).

Una buena pasta de cría deberá tener proteínas de origen animal y vegetal y un porcentaje de grasa alrededor del 6% al 10%. Las pastas que administremos no deberán ser excesivamente grasas, ni hiperproteicas (con exceso de proteínas), ya que el exceso de ambos nutrientes es perjudicial, pudiendo dar lugar a: hepatitis, enteritis, gota visceral, etc. Es preferible que tenga una textura Jilguerogranulosa en lugar de una muy fina, pues es más apetecible. La pasta de cría la podremos elaborar nosotros mismos o adquirirla ya preparada y envasada al vacío. Se les puede mezclar la pasta de canarios (60%) con pasta de insectívoros (40%).

Podemos incorporar semillas germinadas (nabina, negrillo, cañamón, etc.), pero durante este proceso deberán ser bien lavadas, cribadas y administrar un producto inhibidor del crecimiento de los hongos (unas gotas de ácido propiónico, yodo o lejía, por ejemplo).

Las plantas silvestres son muy aconsejables durante la preparación de los reproductores. Durante la fase de crecimiento también aumentan las necesidades de minerales, los cuales son necesarios para formar el esqueleto óseo y evitar la carencia de calcio y fósforo. Por todo lo dicho, la dieta deberá ser rica en dichas biomoléculas orgánicas. Las hembras en puesta, necesitan mayores dosis de minerales, por lo que, además del grit, les pondremos huesos de jibia.

Durante el período de preparación de reproductores y la cría son muy aconsejables los suplementos periódicos de vitaminas A, D3, E y C, los cuales previenen la esterilidad, abortos, mejoran el crecimiento y aumentan las defensas frente a las infecciones.

Pueden consumir, como complemento alimenticio, huevo duro, pan rallado integral, harina de maíz y semillas germinadas o hervidas (oleaginosas). En la época reproductora los progenitores ofrecen a las crías insectos y larvas de éstos (orugas), por lo que les suministraremos larvas de Tenebrio molitor y de otros insectos (pulgones, por ejemplo), huevos de hormiga, lombrices pequeñas, etc., con objeto de aumentar la ración proteica durante el periodo de crecimiento de las crías.

Los progenitores estarán habituados a la alimentación que ofrezcamos a las crías. Los alimentos frescos deberán ser renovados varias veces al día.

Ración de muda. Durante el periodo de muda que tienen lugar en los meses de verano, tras la época de reproducción, se les debe aportar en su dieta las sustancias nutritivas necesarias para la formación del nuevo plumaje, tales como carotenoides, proteínas, vitaminas y sales minerales.

En esta época las necesidades de proteínas y sales minerales se incrementan.

Las proteínas serán ricas en aminoácidos azufrados (metionina, cisteína, por ejemplo). Las plumas están formadas de queratina, proteína que forman a partir de los aminoácidos que incorporan en la dieta, procedentes de las proteínas que los contienen. En la ración se incorporará un complemento de proteínas como germen de trigo, harina de soja, levadura, huevo en polvo, etc.

Las futas y verduras son imprescindibles en esta etapa y durante la cría, pues aportarán minerales, vitaminas y carotenoides necesarios para la formación y pigmentación del nuevo plumaje. Recomendamos especialmente el brécol (bróculi), pues es muy rico en vitamina C y presenta un contenido en proteínas del 3%; también gracias al sulforafano que contiene, actúa como bactericida, destruye incluso a gérmenes resistentes a los antibióticos, y previene infecciones digestivas. Asimismo el brécol contiene carotenos en elevada concentración (2.500 mg/100 grs). Es conveniente darlo de forma natural, es decir, no hervido ni pasado por un Jilgueromicroondas, para no perder parte de su aporte nutritivo. El polen también es un alimento aconsejable en época de cría, como integrador alimentario y bactericida (presenta un 25% de proteínas y sustancias antibióticas). El ajo y el propóleo también son eficaces contra las bacterias y hongos patógenos; se pueden administrar espolvoreándolos en la pasta que usemos. Los prebióticos y probióticos, igualmente, contribuyen a darles defensas en este periodo de estrés.

A los híbridos de factor rojo es imprescindible un aporte de carotenoides (beta-caroteno, cantaxantina, carofil rojo). Las frutas y verduras son pobres en grasas, glúcidos y proteínas y constituyen una importante fuente de fibra, vitaminas y sales minerales, además contribuirán a hidratarles y mitigar el calor de esta época. Las fibras prácticamente no les aportan calorías, ya que al carecer las aves de enzimas específicas (celulasas) no pueden ser digeridas, pero les ayudan a facilitar el tránsito intestinal y la evacuación de las heces fecales, previniendo el estreñimiento y la obesidad. El brécol, la zanahoria, naranja, manzana, etc. tienen una cantidad importante de fibra. Por otro lado, el exceso de fibra puede dificultar la absorción de minerales y provocarles diarrea. Las hojas más verdes son las más ricas en vitaminas. Es conveniente lavarlas con agua abundante y poner las verduras en agua con adición de 10 a 15 gramos de bicarbonato sódico/litro, durante 2 o 3 horas, para eliminar los residuos de pesticidas agrícolas que pudieran contener.

Se puede añadir a la mixtura, en una proporción total del 5%, una mezcla de las siguientes semillas: achicoria, lechuga blanca, cardo, amapola, mijo, etc. Los cereales  suelen ser deficientes en algún tipo de aminoácidos, por ello, cuando se administran diversas clases de éstos en forma combinada, se consigue equilibrar la dieta y suprimir las carencias de algún aminoácido.

En estos momentos, la administración de un complejo polivitamínico y mineral será muy conveniente. No olvidemos que la muda crea una situación de estrés y debilidad en el pájaro, por lo que sus defensas orgánicas están más reducidas siendo más vulnerables a cualquier infección.

Higiene

La higiene, conjuntamente con la alimentación, herencia y adecuadas condiciones ambientales, representa un pilar básico en la salud del jilguero. Los cuidados higiénicos reducirán la presencia de materia orgánica en el criadero y con ello la carga microbiana, previniendo así de la aparición de enfermedades infecciosas.

Los procesos de limpieza y desinfección deberán ser regulares y a fondo. Es fundamental la desinfección de bebederos, comederos, jaulas y todo el material puesto en contacto con aves enfermas, ya que constituyen un importante foco de contagio. El agua deberá ser renovada a diario, especialmente en el verano. En el mercado existen productos acidificantes-conservantes y bebederos “de bola”, que mantienen durante varios días la calidad del agua de bebida. Diariamente se procederá al soplado, cribado y relleno de la mixtura. Se debe evitar el contacto de las semillas con la parrilla, dado su contaminación con los excrementos.

La bandeja, parilla y palos de la jaula se lavarán y desinfectarán al menos una vez por semana. Los parásitos (piojos, ácaros), mosquitos y roedores también constituyen un enemigo importante de nuestros jilgueros, ya que les debilitan, causan estrés y les transmiten enfermedades infecciosas y parasitarias, e incluso les pueden matar. La desparasitación es muy importante, pues los ácaros, aparte de deteriorar el plumaje, les pueden causar anemia e incluso transmitir enfermedades infecciosas al actuar como vectores de algunas especies de bacterias, toxinas e incluso virus. Se deberá colocar con asiduidad las bañeras y utilizar un insecticida de uso ornitológico (en spray, diluido en agua, en forma de gotas, etc.).

Es conveniente periódicamente cambiar de insecticida, ya que aparecen resistencias a estos productos, al igual que a los antibióticos, sulfamidas, productos de limpieza, etc.Jilguero

Alojamiento

Es notable la influencia del medio donde alojemos a los jilgueros en la salud de éstos.

El local debe reunir condiciones adecuadas de temperatura, humedad, ventilación y orientación. Asimismo, debe estar a salvo de roedores (ratas, ratones y topos), parásitos y pájaros silvestres, por el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas y parasitarias.

Las visitas de otros criadores estarán particularmente restringidas en la época de reproducción y durante las epidemias.

Condiciones climatológicas

Los valores de los factores climatológicos (temperatura, luz, humedad y presión) deberán  estar comprendidos dentro de unos determinados niveles, de forma que no representen situaciones estresantes y disminuyan la eficacia de la respuesta del sistema inmunológico. Se ha comprobado que las altas temperaturas, coincidentes con el periodo de muda, producen inmunosupresión, es decir, bajada de las defensas orgánicas frente a la infección.

Los cambios bruscos en la climatología también hacen más vulnerables a los jilgueros, aumentando el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas al modificar la microbiota (microorganismos en el interior de los seres vivos). En estas situaciones está especialmente indicada la administración de vitaminas A, C y E, así como prebióticos y probióticos, que contribuirán a aumentar sus defensas.

La ventilación es muy importante en la prevención y disminución del contagio de enfermedades infecciosas, ya que aumenta los niveles de oxígeno del criadero, en detrimento de los niveles de dióxido de carbono.
Las condiciones de alojamiento y climatológicas serán esenciales par a la aclimatación de los jilgueros al criadero, ya que de ellas dependerá la tasa de mortalidad de éste en dicho periodo.
Si deseas saber más acerca de cómo cuidar a tu jilguero, te recomendamos la publicación Jilgueros y especies afines de la Editorial Hispano Europea:

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